sábado, 12 de junio de 2010

INTERMITENTE

A veces hace acto de presencia
como la mirada a un tiempo
sabia e inocente de un animal
echado sobre su sombra.

Otras es como la presencia pertinaz
de la lluvia, sobre el lomo
callado de la noche, sobre
la cabellera del silencio insomne.

Pero otras es como un acceso
de tos seca, acaso un fuelle
abandonado entre las viejas
tapias de pleura y pulmones.

De pronto hace acto de entrada
en horas perdidas entre aurora
y noche: no permite la posición
horizontal ni vertical del huésped.

Nunca dice su nombre,
jamás revela el apellido
ni su apodo; sólo se le ve
agazapada, sin movimiento preciso.

2 comentarios:

Fernando Andrade Cancino dijo...

A qué se refiere tal misterio, en concreto...,me he quedado atónito

Uriel Martínez dijo...

De eso se trata: el poema también es misterio, interrogación, duda, una inquietud no resuelta, una respuesta a mis miedos, una negación de la certidumbre.