jueves, 7 de octubre de 2010

LOS POEMAS DE OLGA

Pronto oscurecerá de nuevo
sin que encuentre en alguna
parte el libro de Olga Orozco.
En alguna parte de mi cuerpo
conservo los lunares oscuros
de su versos, sus imágenes, sus conjuros.
Aunque ya viene el atardecer
cargado de promesas hueras,
sé que encontraré el aliento
que conservan sus poemas,
la fronda sinuosa de sus nubes.
Sé que en alguna parte
de esta casa, entre el polvo
que cubre su pasado, me espera
su cuaderno como la promesa
de un revólver cargado de sueño.
Reacomodaré cartapacios, tapias
y muros erigidos sin remedio
para volver a buscarlo,
para no encontrarlo.

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