viernes, 7 de enero de 2011

GENET Y WILLIAMS: BASTARDOS

 


"De las tres obras de teatro que se recogen en este volumen, ‘Un tranvía llamado deseo' figura según los antecedentes como prohibida por la censura de teatro", sentencia el censor que confirmaba la prohibición de esta obra de teatro en 1953. La pieza de Tennessee Williams, Premio Pulitzer en la categoría de Drama en 1948, considerada como una de las obras más importantes de la literatura estadounidense, cuenta la vida altanera de Blanche DuBois, una dama sureña con delirios de grandeza.

Así que aquel censor advertía que el libro que reunía las tres obras podía publicarse, siempre y cuando se suprimieran todas las tachaduras que señalaba en ‘Un tranvía llamado deseo'. Para el siniestro personaje, una lectura tenía menos peligro que una representación teatral, pero los caminos de la censura son inexplicables: "El tema y el tipo central de la trama son francamente duros desde el punto de vista moral. Pero el lector estima que siempre que no se representen en público, sino que sirva exclusivamente de lectura a los aficionados de la literatura, puede autorizarse su publicación".

Insiste con ‘Verano y humo', que también lleva muchísimas tachaduras, en que la censura de teatro se aplique, pero no para el "literato aficionado". Sobre papel puede publicarse. Por otro lado, ‘El zoo de cristal' es calificado como "un problema de clase media inferior, completamente inocuo y puede autorizarse". El lápiz rojo se cernió sobre la obra de Williams por ser considerada "extravagante". La perversión de los censores hizo que también se refugiaran en criterios más allá de la moral para legitimar su actividad.


(Según la leyenda negra, Tennessee Williams y Elia Kazan trabajaron, escena por escena, el borrador original de "Un tranvía llamado deseo", en un encierro en que se discutía parte por parte aquello que el primero le leía al segundo. Así tuvieron que pactar la supresión de aquellos pasajes homoeróticos entre Kowalski y el pretendiente de Blanche, que en cine interpretó Karl Malden. Esto, se supone, enmarcado en el espíritu del mccarthismo y su red de delatores de posibles filocomunistas. Si seguimos tejiendo en torno a la leyenda oscura, igual pasó con la versión cinematográfica de "Una gata sobre el tejado de zinc" (1958), dirigida por Richard Brooks, en que el personaje que interpreta Paul Newman le fue suprimido su perfil homosexual, que redundará en una trama confusa, sin pies ni cabeza (y que explicaría la insatisfacción sexual del personaje que interpreta Liz Taylor). Nota tomada del diario El Público.

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