lunes, 28 de marzo de 2011

ONETTI NO ESTÁ

uno.
El universo narrativo de Juan Carlos Onetti está contenido en esa admirable maqueta de Santa María que alguien dibuja y traza con la paciencia de un artista que lo conoce, lo ha leído y, sobre todo, lo intuye. Pero se encuentra a su vez en esa mujer que llega a tomarse una cerveza, acompañada de la grabación de aquella charla que sostuvo con el autor de "La novia robada" hace decenas de años; está también en aquella acotación que define a JC como un erizo por donde se le vea, en el silencio sepulcral entre Rulfo y Onetti en España, pese a la urgencia de hablar de literatura mientras lo permite el destino; se halla también en el llanto del uruguayo cuando alguien le lee el alborozo de José María Arguedas al estrecharle la mano (mano con la que acaso el autor de "Los ríos profundos" se quitó la vida por voluntad propia); está también en el instante en que Juan persuade a su paisano Eduardo Galeano -cuando éste tenía 17 años- del placer de escribir a mano y hacer a un lado la máquina Smith-Corona de aquel entonces. En fin, son territorios de la melancolía que sólo se entienden en una tarde lluviosa.

dos.
Los instantes previos al último suspiro están descritos también en "El año de la muerte de Ricardo Reis", cuando alguien abanica los dedos frente a la mirada perdida del poeta lusitano.

tres.
Se pone a disposición del interesado un documental sobre JC Onetti y sus fantasmas.


http://www.rtve.es/television/20110325/imprescindibles-juan-carlos-onetti/419268.shtml

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