martes, 11 de diciembre de 2012

Televisa en Nicaragua: los inodados

Managua.- En la jornada inicial del juicio que se ventila en Nicaragua contra los 18 mexicanos acusados de tráfico internacional de estupefacientes, “lavado” de dinero y crimen organizado, surgieron una vez más los nombres de dos destacados representantes de la cadena mexicana de Televisa: el de Amador Narcia Estrada y el de Joaquín López-Dóriga.
El oficial de la Dirección de Migración y Extranjería de Nicaragua, que sirvió como primer testigo oculto de la Fiscalía y que sólo se identificó como “Oficial Código Número 3”, aseguró que él tuvo a la vista los documentos originales de los seis vehículos incautados al grupo de mexicanos, los cuales estaban firmados y sellados por Amador Narcia Estrada, vicepresidente de Información de Noticias de Televisa.
El “Oficial Código Número 3”, que vestía de chaqueta blanca manga larga y portaba un pasamontañas negro, pasó al estrado un poco antes de las 15:00 horas de este lunes 10, en el Juzgado Penal número 9 de Managua, y aseguró que cada documento describía el vehículo circulando, la placa y los equipos de filmación, grabación y de comunicación incorporados a los supuestos vehículos de Televisa.
“Los documentos estaban dirigidos a las autoridades de cada país, así como también estaban referidos a la embajada de México”, dijo el “Oficial Código Número 3”, quien también admitió que desde hace más de 20 años es funcionario de Migración y Extranjería de Nicaragua, y desde hace siete años funge como jefe de Migración y Extranjería en el puesto fronterizo de Las Manos, vecino a Honduras.
Este “Oficial Código Número 3” fue el primer testigo que llamó el Ministerio Público de Nicaragua, ya que también fue la primera autoridad que interactuó con Raquel Alatorre, la jefa del grupo de 18 mexicanos detenidos en Nicaragua, a quien admitió que llamaban La Licenciada y que llevaba la voz cantante.
Aseguró que le llamó la atención la cantidad de vehículos identificados con los logotipos de Televisa y el buen estado de los mismos, así que se acercó a ellos la mañana del 20 de agosto, para indagar con qué propósitos ingresaban a territorio nicaragüense.
Posteriormente, al entrevistar a Raquel Alatorre, aseguró que ella se contradijo sobre la misión periodística que cumplían. Primero señaló que venían a realizar tomas sobre lugares turísticos en Nicaragua, pero luego que andaban investigando a un ciudadano mexicano que lavaba dinero. “Eso me llamó la atención”, dijo el oficial de Migración, así que lo reportó a sus superiores.
Mientras se comunicaba con sus jefes, pudo observar que ella hablaba constantemente por celular y daba orientaciones al grupo. La mayoría de los 18 mexicanos, con excepción de la mujer, permanecían dentro de los vehículos.
Otros nombres
Casi a las 16:00 horas subió al estrado un nuevo testigo oculto, identificado como “Oficial Código Número 1”, quien dijo que fungía como oficial de la Policía Nacional en el departamento de Nuevo Segovia, en la especialidad de Inteligencia. Él se trasladó al puesto fronterizo de Las Manos, la mañana del 20 de agosto, por órdenes de sus superiores.
Dijo que en el puesto policial ubicado en el puesto fronterizo, entrevistó a cada uno de los 18 mexicanos detenidos. Este procedimiento inició a las 11:00 horas del 20 de agosto y concluyó a las 4:00 horas del día 21.
Sobre el encuentro con Raquel Alatorre, a quien entrevistó primero, reveló que supuestamente venían investigando a un funcionario público mexicano corrupto, que se había enriquecido inexplicablemente. Luego dijo que era un empresario, propietario de supermercados y de otros negocios en México, Estados Unidos, y países de Centroamérica.
Durante todo ese tiempo, casi 18 horas de “investigación explorativa”, como le llamó, los vehículos permanecieron siempre encendidos. “Y por qué no los apagan”, dijo que les preguntó, y ellos indicaron que no podían hacerlo porque “perderían la señal”.
Recuerda que Alatorre se vio siempre preocupada y alterada, ya que indicó que había pasado en varias ocasiones por Nicaragua y nunca había tenido contratiempos. Además, aseguraba que tendría problemas con su jefe si no llegaban pronto a Managua.
El tercer testigo también fue un policía oculto, identificado sólo como “Oficial Código Número 2”, quien aseguró que está asignado como detective en la delegación del departamento de Nueva Segovia.
Él, junto al “Oficial Código Número 1”, condujeron las entrevistas individuales de cada uno de los 18 mexicanos detenidos, y Alatorre le aseguró que su jefe era Joaquín López-Dóriga.
Por otra parte, reveló que la jefa del grupo les indicó que andaban investigando a Carlos Slim, a quien identificó como “uno de los tres más millonarios del mundo”, que “se había enriquecido de la noche a la mañana”.
Este detective policial dijo que también “tuvo a la vista” los documentos girados a cada unidad de Televisa, los cuales estaban firmados por Amador Narcia Estrada. “A esa documentación se le sacó copia y se les volvió a entregar a ellos”, afirmó.
Uno de esos documentos, precisamente, obra en el expediente de la acusación de la Fiscalía nicaragüense, bajo el recibo de Ocupación 0544-2, que portaba Alfredo Mar Hernández, uno de los 18 detenidos.
La defensa
Los defensores, representados por José Ramón Rojas Urroz, aseguraron que su estrategia está encaminada a lograr un fallo de no culpabilidad, refutando las pruebas de cargo. Además, se han propuesto demostrar que la detención de los 18 mexicanos, desde el pasado 24 de agosto, es ilegal y violatoria de la libertad.
“Se les ha impedido, además, el efectivo derecho a la defensa, que consiste no sólo en contar con un abogado defensor, sino también en el ejercicio pleno, es decir, en la comunicación libre y privada con la defensa”, se quejó Rojas Urroz, el jefe del equipo de seis abogados defensores.
En los interrogatorios a los testigos ocultos, que hoy despuntaron en el primer día del juicio, los defensores han tratado de demostrar con sus preguntas que los 18 mexicanos fueron retenidos ilegalmente desde el 20 de agosto y que nunca tuvieron intención de escapar, pese a que no contaron siempre con vigilancia policial.


(nota de Roberto Fonseca tomada del sitio "Apro".)

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