domingo, 17 de agosto de 2014

Uriel Martínez (1950 )

La calle

Es falso que c/cigarro que te fumas
te reste un día de vida; como
también es mentira que cada
vez que ríes ríe un infante;
como igual es sofisma
la afirmación de que tu mascota
es pararrayos de la desgracia.

Nadie en su insano juicio
espere de las lluvias abundantes
un ciclo de cosechas gemelas.
Ninguno alegue fue tocado
por un rayo de linterna,
un brazo de sol metafísico:
la fotosíntesis es anterior al poema.

Que nadie espere nada de nadie:
la calle está ahí y sobre el asfalto
que la cubre va un ángel
ebrio sin que nadie le auxilie.

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