domingo, 7 de diciembre de 2014

AYOTZINAPA SONG


                                                   en memoria de armando haro

Tantas muertes que no serán
vengadas, tantos cuerpos arrojados
como trapos; tantos ojos cegados
en tierra extraña; tanto silencio
guardado en el exilio.

Demasiadas antígonas para sepultar
legiones, muchos edipos hollados
por la desgracia, cientos de medeas
cercadas por los perros. Tanta enfer
medad sin cura, tanta.

Cuanta lluvia en los valles, ríos
y lagunas; cuantos cauces desboca
dos; cuanto animal sombrío
luego de sucesivas lunas de sangre,
cuanto cuerpo insepulto, cuantos
lobos en manada.

cuantas bocas
cuantos dedos
cuantos niños
yertos.

3 comentarios:

Uriel Martínez dijo...

Anónimo expresó:

Impresionante, Uriel. Las palabras a medio acabar en un verso para terminar en el siguiente le dan muchísima fuerza. Muestras el horror en estado puro.

Ernesto ERO dijo...

En este país enlutado, agradezco tu poesía, Uriel. En esta muerte sin fin, tu poesía es la raja palpitante que dice nuestro dolor.

Anónimo dijo...

Las guerras, las dictaduras, y las epidemias forman la parte de la vida que pocos queremos enfrentar. Este poema nos enfrenta con los hechos; la vida es cruda. Gracias, Uriel.