domingo, 5 de julio de 2015

Uriel Martínez (1950 )

El amado

Señor, no espero abundancia,
deseo el silencio y la tinta;

no deseo el deseo ni el lujo,
espero la paciente espera;

no aspiro paraísos, busco
cada noche la droga del sueño;

no tengo planes futuros
ni proyectos pasados,

simplemente pasar como el medio
día, el cenit, el sosegado ocaso;

quiero adormecerme con tu
indiferencia, con tu rostro de perfil,

suponer que no escuchas, que no
respiras, que no vives,

pero así, sin ti a mi lado,
deseo, espera, sueños, noches mueren.

1 comentario:

Unknown dijo...

y qué es la vida sino desear y esperar. ¡Me gustó, Uriel!