sábado, 1 de agosto de 2015

Horacio Castillo (1934/2010 )


Un caballo canta sobre la tierra

No es necesario atarse a un árbol.
Hay que abrir los oídos, preparar la visión,
inhalar el vapor que sube del abismo.
Entonces aparece bajo la noche azul,
ensaya su escorzo contra los astros
y clava el canto en nuestra carne
que se desangra dócilmente hacia la oscuridad.
Una vez a cada hombre es dado este prodigio.


("los poetas no van al cielo")

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