lunes, 21 de septiembre de 2015

Luis García Montero (1958 )

El silencio y el ruido


Son números dormidos en la agenda.
Nadie quiere borrarlos,
pero ellos mismos pierden la memoria,
se alejan de sus dueños
en un rincón oscuro de los días que pasan.
Son números sin voz, sin cenas, sin preguntas
pálidos y encerrados,
tristes de no salir
después de un imprevisto.

Alguna vez el aire
de una disposición irracional
nos pide que marquemos el teléfono
de los amigos muertos.
Suena larga la nada, se repite
como un corte de luz,
sin nadie que conteste.
Eso es el silencio.

Pero también existe el ruido.
Llega sin estridencias, casi un rumor, no grita,
se parece al vacío más que al daño.
La voz de la otra espera,
en la orilla marcada
de nuestro propio tiempo,
dice que no es aquí:
-Se ha equivocado.

Extraña soledad la que se siente
por no pertenecer a la conversación
y saberse la huella de un antiguo
propietario del mundo.

Los hospitales tienen otoños de papel,
borrosas escaleras amarillas
de nombres y números.


Uno empieza a morir en las agendas.


("rua das petras")

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