viernes, 2 de octubre de 2015

Wislawa Szymborska, poeta

Notas de una expedición no realizada al Himalaya


Así, pues, esto es el Himalaya.
Montañas corriendo hacia la luna.
El instante del despegue detenido
en un cielo rasgado.
Un desierto de nubes lleno de agujeros.
Un golpe en la nada.
El eco: un mudo blanco.
Silencio.

Yeti, abajo es miércoles,
hay abecedario y pan,
dos y dos son cuatro,
y la nieve se funde.
Hay una manzana roja
partida en cuatro.

Yeti, entre nosotros
no sólo existe el crimen.
Yeti, no todas las palabras
condenan a muerte.

Heredamos la esperanza,
regalo del olvido.
Verás cómo entre ruinas
damos a luz niños.

Yeti, tenemos a Shakespeare.
Yeti, tocamos el violín.
Yeti, al anochecer
prendemos la luz.

Aquí, ni luna ni tierra,
y se congelan las lágrimas.
¡Oh, Yeti, casi hombre de la luna,
piénsalo y vuelve!

Así dije, a gritos, al Yeti
entre las cuatro paredes de avalanchas,
y para entrar en calor pateaba
en la nieve,

en la eterna.


["life vest under your seat", s/c a traductores]

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